jueves, 24 de marzo de 2011

  •  "Al contrario de lo que se suele suponer, la determinación funcional del arte no se da en despertar pensamientos, transmitir ideas o servir de ejemplo. La finalidad del arte consiste más bien en preparar al hombre para la muerte, conmoverle en su interioridad más profunda. Cuando el hombre se topa con una obra maestra, comienza a escuchar dentro de sí la voz que también inspiró al artista. En contacto con una obra de arte así, el observador experimenta una conmoción profunda, purificadora. En aquella tensión específica que surge entre una obra maestra de arte y quien la contempla, las personas toman conciencia de sus mejores aspectos de su ser, que ahora exigen liberarse. Nos recogemos y descubrimos a nosotros mismos: en ese momento, en la inagotabilidad de nuestros propios sentimientos." (Tarkovsky)




RECENSIÓN

"EL MUNDO ES TRANSFORMABLE PORQUE ES CONTRADICTORIO"
Proporcionar al público el placer de observar el comportamiento humano y sus consecuencias con un sentido crítico, es decir, productivo.
La cuestión es si el teatro debe mostrar al público los seres humanos de modo tal que los pueda comprender o de modo que los pueda transformar. 
El actor debe incorporar , entonces, a su creación artística una crítica de índole social que atrape al público.
Las nuevas tecnologías ya dejaron su etapa de prueba para convertirse en una realidad que se ica día a día.










  • "Cultura es la red o trama de sentidos con que le damos significados a los fenómenos de la vida cotidiana. El proceso de socialización es la forma de introducir a las personas en esa red de significados(propios)".



RECENSIÓN

Quiero enfocar este discurso a nuestro mundo, el mundo de las artes, y en concreto al apartado de Artes Escénicas, desde el punto de vista del actor.
¿Puede reproducirse el mundo de hoy en el teatro?
El mundo de hoy solo puede describirse ante el hombre de hoy, si se lo describe como mundo transformable. Para el hombre de hoy las preguntas son valiosas por sus respuestas. 
¿Qué es el arte realista? Es el arte comparativo. Combate los fallos de la realidad y los impulsos que están con los intereses reales de la humanidad. Posibilita los conceptos claros y estimula los impulsos productivos. 
Los artistas realistas representan las contradicciones. Se interesan por las transformacion en los hombres y en las relaciones de estos entre sí. 



Hablando de cultura y siguiendo con una reflexión del texto citado me gustaría compartir con vosotros un artículo que encontré en el periódico El País hace unos meses titulado ¡ SOR-PRE-SA!  por Javier Gomá Lanzón.





Tener cultura es tener conciencia histórica, lo que conduce por fuerza a una conciencia crítica, autónoma y razonadora
El día de nuestro cumpleaños un amigo que actúa de gancho, sirviéndose de engaños y martingalas, nos conduce a la hora convenida a su casa o a la nuestra y allí otros amigos, concertados con el primero, abren de repente las puertas correderas o salen de su escondite en el salón y corean al unísono: "¡Sor-pre-sa!". Lugares y rostros son quizá los mismos de siempre, pero en ese momento lo percibimos todo con una teatralidad que rompe su habitual apariencia. Suele decirse que la curiosidad es el origen del conocimiento; puede que lo sea del científico, pero en el origen de la cultura se halla, a mi juicio, este efecto de estupefacción ante lo natural. ¿A qué podríamos comparar la actitud del hombre verdaderamente cultivado? Al extrañamiento que a veces nos produce la visión de nuestro propio brazo.
Hay días que contemplamos nuestro brazo extendiéndose por nuestro campo de visión y nos desasosiega ese remo de nuestra anatomía. ¿Qué hace eso ahí? Algo semejante nos sucede cuando empezamos a comprender que la imagen del mundo dominante en una cultura, que se nos presenta con la estabilidad, regularidad y fijeza de un hecho de la naturaleza, dotado de una objetividad autónoma y trascendente al hombre, es en realidad una criatura, un "constructo" contingente de ese mismo hombre. Ese hallazgo le produce un estremecimiento no inferior al que sacudió a Jim Carrey cuando, en El show de Truman, vislumbró, por una pluralidad de indicios, la artificialidad del universo que habitaba, convertido en estudio de televisión. El axioma cultural por antonomasia rezaría como una perífrasis de la famosa sentencia de Ortega: la cultura no tiene naturaleza sino historia. En cuanto entidades simbólicas, no somos hijos biológicos de la madre naturaleza sino padres adoptivos de la cultura que producimos y cuando descubrimos esta paternidad imprevista, sentimos una extrañeza pareja a la que a veces nos suscita nuestro propio cuerpo.
¿Qué es, pues, ser un hombre culto? Sólo una cuestión de detalles: sorprender la artificialidad del mundo, cultivar la conciencia histórica y crítica, y comprometerse en la continuidad de lo humano. Todo lo demás, como dice Verlaine, es literatura: "Car nous voulons la nuance encore / Pas la couleur, rien que la nuance. / Et tout le reste es littérature".

Javier Gomá Lanzón

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